Manejar un duelo es aceptar la perdida, como una realidad pero provocando un movimiento mental hacia algo más, hacia un nuevo objetivo. No se trata de reemplazar, pero sí de desarrollar una nueva opción en donde encuentre un significado que lo conecte con todas las capacidades y recursos que se poseen y que es falso que se acaben.
Salir de la sensación de dolor, de temor, de incapacidad, de inseguridad, de pérdida junto con todos los temores y creencias limitantes que implica y retoma nuevamente la vida. Se trata de generar nuevos objetivos resolviendo el duelo lo más pronto posible, pasando por las diferentes etapas necesarias y viviendo cada una de ellas. Debemos darnos cuenta que las pérdidas son inherentes en la vida, pero esta no se acaba ni se para. Las pérdidas son un reto para seguir creciendo, superarme y desarrollarme como ser humano.

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